Cuando se habla de parto humanizado, se habla de generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.
En nuestro país contamos con la Ley Nº 25.929 aprobada el 26 de agosto de 2004 que establece los derechos de las embarazadas, los bebes por nacer, los recién nacidos y sus familias y promueven que se respete a la familia en sus particularidades –etnia, religión, nacionalidad- y que se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas.
Se establece entre otros derechos:
• Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
• Ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
• Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud o de la persona por nacer.
• A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
• A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
Por su parte, el recién nacido también tiene derecho de ser tratado respetuosa y dignamente, a no ser sometido a exámenes o intervenciones con propósitos de investigación o docencia, a la internación conjunta a su madre en sala y a que sus padres sean asesorados sobre los cuidados para su crecimiento, desarrollo y plan de vacunación.