La jornada se desarrolló en el salón de usos múltiples de la comunidad, ubicado en Lipetrén Chico. Allí, una decena de estudiantes de la Tecnicatura Superior en Construcciones Civiles del ITSJ llevó adelante tareas de relevamiento para planificar mejoras edilicias. La iniciativa forma parte de un convenio de prácticas profesionalizantes entre ambas instituciones, promovido por el equipo territorial comunitario de la Secretaría de Energía y Ambiente.
Durante la visita, los alumnos evaluaron el estado general del edificio y las condiciones del terreno, con el objetivo de definir un plan de trabajo que incluye terminaciones de techo y revoques, conexiones de agua, gas y desagües, y la construcción de un módulo sanitario, entre otras mejoras.
Además, se registraron los materiales disponibles en el depósito comunitario para proyectar un cómputo técnico que permita organizar las tareas futuras de manera eficiente.
El Director del Instituto, José María Antiman, destacó que “el impacto del Proyecto Calcatreu se vio reflejado en el crecimiento de la matrícula, especialmente en las tecnicaturas en Gestión de Empresas y en Operaciones Mineras”.
En ese sentido, Antiman adelantó que desde el Instituto se trabaja también “en nuevas propuestas de seminarios y talleres para que más personas de la comunidad puedan capacitarse y acceder a oportunidades laborales concretas”.
Por su parte, la Lonco María Valentina Curufil expresó que “para nosotros como comunidad es muy importante firmar este convenio con el Instituto, porque hay muchas cosas por terminar en nuestro salón, y necesitamos mejorar el espacio para que esté en condiciones”. “Se trata de completar obras como la instalación de agua y gas, terminar los baños y sumar duchas. En este lugar trabajamos todo el tiempo, recibimos visitas de otras comunidades, y necesitamos que esté bien equipado para poder seguir adelante”.
También valoró el significado histórico del salón comunitario: “Es una lucha de más de 30 años. Empezamos con una cocina muy chiquita y hoy seguimos trabajando para que este espacio sirva para el encuentro, para acopiar lana y para las actividades que sostienen a nuestra comunidad”.
El encuentro finalizó con un almuerzo compartido entre estudiantes, docentes y miembros de la comunidad, en una experiencia que combinó el aprendizaje técnico con el intercambio cultural y el trabajo colectivo. A pesar del frío patagónico, la jornada estuvo marcada por el entusiasmo y la vocación de los futuros profesionales de la región.