El procedimiento se llevó a cabo cuando agentes detectaron movimientos irregulares en el sector de planta alta y actuaron de inmediato. Tras controlar el incidente, se inició una requisa preventiva en las celdas involucradas, donde los uniformados hallaron los estupefacientes ocultos en almohadones, colchones, estanterías y recipientes plásticos.
Además, se secuestraron cinco teléfonos celulares y un chip escondido, lo que evidencia intentos de comunicación no autorizada dentro del penal.
La Fiscalía Federal fue notificada de los hallazgos y dispuso el envío de las sustancias a análisis, además del resguardo de los dispositivos electrónicos.
Desde el Servicio Penitenciario destacaron la coordinación del personal y el cumplimiento estricto de las medidas de control, reafirmando el compromiso con la seguridad interna y la prevención del ingreso o circulación de drogas dentro de los establecimientos carcelarios.